La magia de Lavapiés

Lavapiés es uno de mis barrios preferidos, por varios motivos. El primero es porque es muy bonito y pintoresco. Tiene el estilo típico de Madrid, edificios no muy altos con sus balconcitos, calles estrechas y zigzagueantes, bares y placitas con fuentes.
El segundo, y no menos importante, es porque es muy cosmopolita y variado. Hay gente de varios lugares, como de Marruecos, la India, muchos extranjeros ingleses, alemanes y argentinos que viven allí. También hay mucha juventud española. Podríamos decir que allí está el “under” de Madrid
La verdad que Lavapiés es un poco contradictorio, porque está de moda y tiene lugares “con mucha onda” pero a la vez es un barrio peligroso donde se mueve mucha droga (comercio principalmente) y hay muchos robos. Aunque a mí me gustaría resaltar aquí la gastronomía. Hay dos opciones que tomo frecuentemente para comer. Uno es una arrocería (a la que ya le dedicaré un post, porque vale la pena) y otra son los restaurantes hindúes que hay en la calle Lavapiés (calle homónima del barrio…upa, que vocabulario!).
No había probado nunca la comida hindú hasta que vine aquí, y la verdad que es buenísima. Creo que saben combinar muy bien todos los condimentos.
En fin, merece la pena darse una vuelta por Lavapìés, conocer sus calles y su gente, tomarse una cervecita en algún bar y comerse un arrocito o un plato hindú.
Hay una tercera razón por la que me gusta Lavapiés, y es porque por sus calles me enamoré.