casi un Tortoni....

Sé que no hay dos como él. Pero al menos hay cosas que me acercan.
Claro, como buena porteña amo el café Tortoni. Más que nada porque es muy lindo, y por su historia.
Allí se reunían muchos intelectuales, artistas, escritores…Recuerdo haber ido a escuchar a Dolina, alguna noche, de esas de universidad en que nos pinta el “hipismo” y lo culturaloso. No es que ahora no me guste, pero uno se lo toma más relajado…Pero lo que quería contarles es que hay un café-bar en Madrid, que me recuerda en parte al Tortoni. Se llama café Barbieri. Lástima que no está tan bien cuidado ni restaurado como el Tortoni, que, ojo, también pasó por malos períodos. Pero como se ha vuelto tan turística Buenos Aires, lo han arreglado mucho (y también te cobran un ojo de la cara por un cafecito, todo sea dicho).
El caso es que en el Barbieri tampoco ponen buen café (el café en Madrid, en general, no es bueno, lo siento, es así)….y ustedes dirán, ¿en que se parecen entonces?....pues no sé, pero a mí me recuerda al Tortoni. Puede que sea la decoración en general, las mesitas, con mármol…no se. Uno necesita traerse muchas cosas de su tierra natal….o se las inventa.

Les dejo unas fotito, como siempre.

















Nota: están muy buenos los tés y las tartas, pero tardan mucho en atenderte. Es bastante mala la atención. Lo dicen varias páginas que he consultado al respecto.

BiciMadrid

Me llegó una invitación para hacer un paseo histórico por Madrid, pero en bici. La de veces que digo que me voy a enganchar en estas cosas y luego no lo hago. Pero me pasó toda la vida, hasta en Buenos Aires.
Una vez roto el hielo, creo que repetiré. Sí. Yo pensé que con las cuestitas de Madrid me daba algo, pero el paseo con la gente de Pedalibre ha sido genial! Además, nos contaron cosas de Madrid muy interesantes. Pasé por todos los lugares que el primer día que vine a esta ciudad (y ya hace 14 años de esa vez, aunque aquella no me quedé) me alucinaron.
Sí que la principio pensé, “esto va a estar lleno de frikis” y lo estaba, pero cada uno a su rollo, eso es lo bueno. Yo también soy muy friki, y recién lo estoy asumiendo. Pero una cosa es serlo y otra asumirlo.
Total, que me la pasé genial, que esto de la bici por la ciudad siempre me ha gustado, aunque Madrid no esté muy acostumbrada a recibirnos así, en dos ruedas.

Les dejo fotos del “Madrid de los Austrias”. Brevemente les comento que es una parte de Madrid, una de las más antiguas, construida durante el reinado de los austrias, una familia que de allí venía, por estas cosas que hacían los reyes de alianzas y movidas raras. Los “Felipes” son de aquella época. Luego vinieron los Borbones. Más info. pinchando acá!

Estados alterados (diría Maitena)

Sí que alguna vez hablé de faldas, miradas y piropos.
Y llego hoy a la misma conclusión: por suerte, en España, las mujeres no están tan tontas (tontas del culo, diríamos acá, y perdonen las palabrotas pero últimamente ando mal hablada…bueno, siempre lo fui) para andar preocupadísimas por el peso y la forma del cuerpo. Un poco sí que hay, pero ¡en Argentina es insoportable!

No solo las mujeres somos tontas, sino que hay una presión masculina por ser "rubia, perfecta, con labios de colágeno y culo en pompis", que te puede dar un ataque bulímico-anoréxico en cualquier momento.
Hagan la prueba y métanse en las páginas webs revistas Argentinas:
http://www.revista-hombre.com.ar/home/
http://www.revista-caras.com.ar/
O en cualquier periódico: Clarín, Perfil, La Nación.

En fin, que parece que somos un “cacho e carne”
Y hoy me dio por pensar en eso porque se me ocurrió pesarme ayer en la balancita del baño (¡maldita sea, la voy a tirar!) y claro, el invierno y los años van dejando secuelas.
Pero menos mal que no estoy allá, porque me hubiera deprimido seriamente. Aunque no se, a lo mejor los años también me han dado más seguridad, además de kilos...

Extraído de la página oficial de Maitena: www.maitena.com.ar

Días de futbol

No terminaré de entenderlo, quizás nunca, pero el fútbol tiene algo.
Mi marido es forofo (hincha) del Aleti (Atlético de Madrid) y de vez en cuando lo acompaño al campo. Había decidido no ir más. Hacía unos cuantos meses que no lo hacía. Pero ayer me convenció. Yo que sé, me dio como pena que fuera solo (generalmente va con algún familiar o engancha un amigo).
Y yo ya estaba acostumbrada a perder. Entre mi equipo de Argentina y el Aleti que venía de mal en peor, yo no me imaginaba que podía ponerme así de eufórica.
Para los que no lo saben, se jugó ayer un medio-clásico: Atletico-Barça. El Aleti remontó y ganó el partido y por primera vez no me aburrí viendo el partido.
De todas formas, era malo ganar o perder. Perder? Por eso, porque perder no mola mucho. Ganar? Porque el Real Madrid le recorta puntos al Barça y los del Aleti no queremos (no, no queremos!) que gane el Madrid.
El fútbol se vive parecido acá, pero diferente. En Argentina puede ser hasta peligroso ir al campo a ver un clásico (Boca-River; Independiente –Racing; Huracán-San Lorenzo). Me acuerdo cuando fue Noel a ver Boca-River a La Bombonera (el campo de Boca…y se dice “De Boca” y no “DEL Boca”), se fue con un muy amigo a “La 12” (la barra brava de Boca) y alucinó en colores. Le pegó un policía y todo. Había uno, de la misma hinchada, que no miraba el partido, sino que miraba a los otros de la hinchada….el que no cantaba, cobraba (le daba una paliza). Y así muchas cosas….Ariel, el amigo este fanático de Boca, dice que hay entre los hinchas, quines lo único que tienen de alegre en su vida es el fútbol, y ver a Boca ganar. Dice que son pobres, y lo único que no les hace pensar ni les pide nada a cambio es el fútbol, “Boquita”. Me imagino que a muchos les pasa, de cualquier equipo
Dicen que una de las hinchadas más parecidas alas hinchadas argentinas es la del Atlético (además de la del Cádiz, creo)
Pero no importó nada. Todos gritaron, todos coreando lo mismo. El Kun metió un gol al lado de donde yo estaba. Grité como una loca ese gol y los otros 2 (de los 4 que hubo, por parte del Atleti…el primero me lo perdí pensando en cualquier cosa, mientras miraba que se yo que…).
Y salí y me compré mi primera bufanda de un equipo de fútbol.