Entre exámenes y movidas se me hizo muy difícil comunicarme en general. Pero hoy es el no va más. No quiero parecer patética, aunque probablemente lo sea. No quise escribir sobre Benedetti porque dije, definitivamente, seré un blog necrológico.
Qué más podía agregar al inspirador uruguayo. Solo que me acordé de ti Rafaela, imaginando el Uruguay que él tanto amaba.
Tengo una amiga que no sé si por amiga o porque de verdad le gusta, me alaba mucho el blog. Y es que Paulita también es una sudaca exiliada por gusto propio, lástima que está lejos porque creo yo que prefiere la tranquilidad Norteamericana (aunque luego viene acá y me alborota los madriles con los vinitos de la tierra. Por cierto nena, a ver si hacemos una entrada que hable de los vinos de acá, que entre las dos seguro que ya catamos todos).
Decía yo que se me iba a volver este un blog triste, como un tango. Y Paula viene y me tira letra, que otra vez tendré que dejar para mañana (te lo pormeto, mañana lo hago). Pero es que me manda una noticia, de un periódico argentino, de que se murió la “abuela ciber”. Yo no era fan suya, pero la admiraba, como todos.
Al final, de lo único que me doy cuenta es que cuando estas lejos te volvés una boluda que se sensibiliza por todo. Pero, la pucha, que pena me da estar lejos, sobre todo porque la vida sigue, la vida sigue aunque estés lejos. La gente se acostumbra a estar sin vos. Hace su vida. Dejan de ser parte de tu vida, y vos de la de ellos. Y cuando ves que gente que admirabas y querías se muere, te das cuenta que los más importante es que hayan sido una parte tuya, aunque sea un breve momento, un instante.