jueves, 25 de febrero de 2010

Me marco un 2X4


Yo necesito actividades extras. Me refiero a que, necesito mis cursitos, mis talleres....algo que me conecte con cositas que me gusta, con expresarme, con motivarme.
No se si es una necesidad real o un "trauma". me inclino por la primera, aunque mi madre ha dado forma a esa necesidad. La típica: me anotaba en clases de Karate, natación, inglés, talleres varios...y además, me tenía que ir muy bien en la escuela, claro. Y así era.
Luego, vas creciendo y vas eligiendo, por suerte. Lo bueno es que me abrió mil "frentes" por donde atacar la vida.
Me acuerdo con muchisimo cariño del taller de arte de Dora. Iba los viernes, después de clase, porque yo hacía el turno tarde en la escuela secundaria (instituto, dirían acá en España). Caí casí por casualidad y creo que he pasado allí dentro los mejores momentos de mi vida...o bueno, por lo menos los de mi adolescencia.
Andaba yo buscando algo por los madriles. Algo así, que me motivara. Y debo confesarles que me resultó y me resulta muy difícil. De verdad les digo que yo pongo voluntad, pero, cuando no hay cupo, es cariiisimo...cuando no, queda en el quinto pino, y la más común es el hecho de que tiene unos horarios horrorosos, anti "gente que trabaja normal y corriente".
Cuando mi marido vivía en Argentina, se sorprendía del hecho de que casi todo el mundo hacía algo extra, tipo teatro, música, alguna danza, cursos varios de aficiones...En definitiva, no se si soy yo, o no encuentro este tipo de actividades (no me digan que vaya a la Casa Encendida, porque son los de los horarios horrorosos o los "cupo completo").
Halle un pequeño paraíso, aunque sea provisional. Me he apuntado a tango....y va de maravilla. Yo algo sabía, porque en Buenos Aires he ido a alguna que otra milonga. Pero tenía la necesidad imperiosa, el otro día, de bailarlo. Y me desquité. Aparecieron principiantes y bailarines más duchos. Pero al final, conseguí marcarme unos buenos pasitos con el bailarín más longevo y natural de la sala. otra vez, un viernes por la tarde.

sábado, 13 de febrero de 2010

Aquí vivo

La verdad es que yo sin música no puedo ni pensar. A veces es un problema, porque ¿se imaginan que necesitan concentrarse y una pesada como yo pone música, de todo tipo? O la radio...
Por suerte mis compañeros pasan de la música que yo ponga. También, suelo mirar un poco a mi alrededor, cosa de no ser tan pesada. Es que, hasta para estudiar la necesito.
El otro día estaba con Sabina (para variar. Aunque no lo pongo mucho para no aburrirme....cosa que dudo que logre algún día) y me di cuenta que, otra vez, una de sus canciones, me identifica casi al 100%. La busqué en youtube, a ver si tenía videillo. Y me encontré con un "popurrí" hecho por algún loco o loca como yo. Me disculpo si le molesta, pero lo he robado para ustedes.

Y por favor, como dice la canción:
"Cuando la muerte venga a visitarme, que me lleven al sur donde nací. Aquí no queda sitio para nadie. Pongamos que hablo de Madrid."

sábado, 6 de febrero de 2010

La relatividad del tiempo



Es increíble lo efímera que es la vida. Pasamos todos tan rápido por este mundo.

Es que con los exámenes y el poco tiempo para todo, te das cuenta que si no aprovechás las cosas, pasan volando. Es que, ¡ya estamos en febrero!

También es verdad que, desde que vivo en España, las cosas me pasan más rápido. O bueno, a lo mejor es la forma de vivirlas. Lo que me parece que me pasa es que, como uno está lejos, y añora, y además no dejás de comparar nunca (sea bueno o malo) lo que te pasaba allá, lo que hacía allá, las costumbres ahí...como no dejas nunca de hacerla, las etapas de tu vida van divididas en tus pequeños “acostumbramientos”. Otra medida la dan los viajes. “¿hace cuánto que no vas? un año; un año y medio, 6 meses...” y todo va de visita en visita. O de años que hace que vivís acá. Yo no me creo que hace casi 5 años que acá estoy.

Pero he de contarles un secreto. Hay un lugar donde el tempo pasa de forma diferente. En ese lugar, un minuto pueden ser dos, tres minutos, de pronto son cuatro. Los relojes de llegada del tren lo confirman! uno es dos, dos son cuatro...o más!

Ese lugar está cerca de los madrileños. Es el Metro de Madrid. Sí señores, estar atentos, allí debajo hacemos viajes temporales...




martes, 2 de febrero de 2010

Ausente sin aviso...

Siempre supe que era (y soy) un poco omnipotente. Así que me doy cuenta que esto lo escribo para mí, con la esperanza de que realmente me hayan extrañado y quieran saber de mí, y leer mis chorradas de tanguera exiliada.
En cualquier caso, continuo con esta “veta narcisista” (diría mi terapeuta argentina, la que dejé un día en Buenos Aires) y les comento varias cosas que le pasan a esta porteña en Madrid.
En cuanto regresé de Canarias, me esperaba una ola de exámenes. No voy a detallar nada, solo decir que es verdad aquello que me decían cuando era adolescente de “estudiá ahora, que la cabeza luego no da para tanto”. Pero, debo aclarar que no es la cabeza. Es más, creo que me funciona mejor que nunca. Son las ganas. Ganas de hacer cosas y no verlas “teóricamente”, de trabajar y ver algo productivo.
Así que bueno, en mis debates mentales, me dediqué a estudiar como buenamente pude. Les adelanto que me falta un examen, que rindo el viernes.
Y me ocurrió algo maravillosos. ¿se acuerdan que alguna vez me quejé de que aquí no se estudia mucho en grupo? Pues he convencido a varios, y varios ya venían convencidos, y hemos hecho unas mesas de estudio muy productivas y sobre todo, divertidas. voy a extrañar a mis compañero, de verdad, aunque haya empezado queriendo ignorar a todos. Se merecerán un post aparte.
También, tengo ordenador nuevo, con sistema nuevo. Y no me entero mucho, aunque ya voy tomándole la mano. Pero es verdad que muchas veces no supe como subir movidas al blog....bueno, aún no lo sé. A ver que sale...

Finalmente, el domingo, haciendo un descanso de tanto estudiar, me puse la tele. Y me encontré a Buenos Aires con Sabina incluido. Dos pájaros de un tiro. Me encanta Sabina. De Buenos Aires ni hablar. Así que otra vez, esa visión desde afuera me invadió con parte de nostalgia, parte de alivio y parte de bronca. La nostalgia, nuevamente, ni hablar, ya lo re saben. De alivio, porque Argentina sigue siempre igual. Insegura, machista, cruel, desigual, hermosa pero arruinada. Dolorosa. Bronca por amarla tanto como odiarla. Querer cambiarla y no poder, no saber y ya no querer.

“Se llamaba Utopía, me gusta imaginar que me engañó cuando se despedía”

Y aquí los dejo por hoy. No voy a negar que pensé en cerrar el blog. Pero, ¿para qué? Aunque solo escriba para Paula y para mí, vale la pena!