miércoles, 23 de junio de 2010

eL ColOr dEl tRIgO


Intento entender mi cabeza y me resulta difícil. En el trabajo (que por eso he venido) no me ha ido mal, pero tampoco es para tirar petardos. La ciudad, como les describí, no es bella. Tiene su encanto, y un casco antiguo muy majo, pero vamos, que hay muchísimas más lindas.

Me he encariñado con la gente. Otra vez, tengo que partir (en una semana) y me dejo una parte de mi alma.

Después de haber escrito aquel post sobre viajar sola, comencé a contactarme con gente de aquí, de Bari y algunos que pasaron de viaje. Como siempre, pasa cierto tiempo y todos nos hacemos a todo. Aunque hacerse al mar, es decir, tener el mar cerquita, lo hace mucho más fácil.

Otra vez tengo que despedirme, otra vez me dicen que me extrañarán, otra vez amigos lejos, otra vez digo yo que los extrañaré.

Llegado a este punto no puedo no dejar de pensar en que quizás debería….haber venido? Estado tanto tiempo? Abrirme tanto a la gente? Porque luego me cuesta…

Pero me acuerdo siempre de mi Principito y su dialogo con el zorro:

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:

—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.

—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

—Ciertamente —dijo el zorro. —¡Y vas a llorar!, —dijo él principito. —¡Seguro! —No ganas nada. —Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.

(El principito, ANTOINE DE SAINT – EXUPERY)