jueves, 29 de abril de 2010

Madrileña en Bari


Estar sola tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Como me dijo alguien, es una cura de humildad. De pronto tienes que hacer lazos con lo que hay a mano, y te encuentras con muchas cosas. O sigues sintiéndote sola. O aparecen sentimientos realmente sorprendentes.

Lo que mas jode es no manejar el idioma. Por suerte tiene cierto parecido, aunque con el dialecto este del sur a veces es imposible entender algo. Pero me está costando sobre todo a la hora de salir despreocupadamente como me ocurriría en Madrid o España en general. En el trabajo, a veces es difícil captar las cosas, por esto justamente. Y me ha dado algún que otro disgusto.

En las salidas, las pocas que hago, evito hablar si no me hecho un “mini disurso” antes. No es que me haga un dialogo a estudiar, pero si tengo que preguntar algo, debo pensarlo (debo pensare…me han corregido, es "devo") antes.

El haberme despegado ya de mi tierra antes hace las cosas un pelín más facil, porque ya sabés un poco lo que es estar de prestado. Pero ahora, y como ya he comentado, soy una española en esta tierra. La verdad es que me identifico como tal, porque sino también es un rollo explicar todo. Además, en parte es así. Acá me doy cuenta de que mi vida diaria está en Madrid, y la extraño. Yo no se muy bien qué extraño…

Tengo una familia debajo de mi balcón que se reúne todas las noches a hablar y ahora mismo el niño que está con ello me está taladrando los tímpanos. De paso me acompaña Calamaro con Los Rodriguez.

Lo que más extraño es (a parte de mi marido) el hecho de poder salir sola sin que la curiosidad de la gente (y sobre todo de los hombres) me haga sentir incomoda. Lo que menos extraño es la comida. Lo que me está salvando es mi compu!!!!

“Italia is diferent” y más lo parece este sur que hoy me acoge.


Escaleras del piso donde vivo en Bari.

miércoles, 7 de abril de 2010

PREGUNTANDO SE LLEGA A ROMA


He pasado dos semanas viviendo en Italia, aunque esta semana santa me he ido a Roma. Italia y los italianos son muy particulares. Yo sabía que me iba a pasar algo como lo que me está pasando, y es que aquí, me siento española. Es raro porque muchas costumbres de acá, sobre todo del sur de Italia, son muy parecidas a las de Argentina.

El caso es que este finde me fui a Roma, donde me encontraba con marido y amigos. Para empezar, había sacado un pasaje ida y vuelta en tren desde Bari a Roma. Los chicos llegaban a Ciampino el miércoles tarde por la noche. Unos días antes, me entero por la gente del curro, que las vías de este tren estaban cortadas en un tramo, por un derrumbe. Hasta ahí todo bien, no pasa nada, un accidente pasa en cualquier lado. Pero pensaba que me informarían de algo, que la web diría algo, que habría algún apartado. Nada. Preferí irme en Bus, de ida, para no llegar muy tarde, y a la vuelta probar la odisea.

Llegué a Roma, específicamente a la estación de bus Tiburtina el miércoles por la tarde. Una chica del bus que me vio medio perdida, me ayudó a buscar el metro para llegar a Termini. Fue un poco duro, pero lo conseguí. De Termini, tomé el tren hasta Ciampino y de ahí un bus hasta el aeropuerto. Pero en el medio, para tomar el tren desde Termini, nada que te indique nada. Te ponen la vía de un tren y su destino final, pero tu tienes que adivinar por donde pasa. Para ir a información, una cola de 100 personas como mínimo…menos mal que en general la gente es majisima, amabilisima. De verdad. Todo lo mal señalizado, lo mal informado, lo desordenado que está, lo compensa la amabilidad de la gente. A cualquiera que he preguntado, me han ayudado. Chapuceando italiano, hablando español despacio, inglés….como sea, me han indicado o han dejado de hacer algo para ayudarme. Pude comprobar la fidelidad del dicho, he llegado, preguntando, a Roma.