La alemana

Uno de los sitios más acogedores de Madrid está en mi barrio.
Es un barrio cualquiera, pero por suerte hay cosas que lo hacen único (la gallega me va a chillar y va a decir que cada lugar tiene lo suyo, todo es lindo, hermoso...y libre de transgenicos!!!) Bueno, el caso es que en este barrio, hay pocas…pero son buenas, buenísimas.
La alemana en realidad se llama “Los Peques” y sus dueños llevan más de 20 allí. Sirven las mejores cervezas y unos pocos platitos alemanes (salchichas, steak tarter, chucrut…) bueno, hay cosas “símil” alemán, porque siempre pasa eso, que las cosas se van deformando con la distancia, por corta que sea. También tiene unas ensaladas riquísimas.
El caso es que está buenísimo el sitio, el ambiente, todo de madera. Tiran la cerveza como nadie. Yo me suelo pedir la belga “Leffe” negra. Y eso que no soy muy de la cerveza…me gusta más el vino. Bueno, menos mal, si no me tendrían que sacar siempre medio borracha de “La alemana”.

Les dejo unas fotitos.

Un pedazo de barrio

Por el mundo se conoce como el baile sensual por excelencia.

Pocos saben que entraña algo más que el baile.

El sentimiento argentino está marcado por la melancolía. Esa melancolía de los europeos que tuvieron que emigrar sin volver a saber nada de su familia. Es esa melancolía del gallego que se fue a buscar una tierra donde no hubiera hambre, la del italiano que quería algo mejor, la de hacerse la América.

El tango tiene ese drama de la madre que se murió, del hermano que se fue para no volver, del amigo del bar de la esquina que envejeció tanto como uno mismo. De la mujer que lo dejó, porque la única que valía la pena era la propia madre (y como ella, no hay otra)…

El tango era la música de cada día en mi barrio. Creo que hoy lo sigue siendo. Siempre habrá un vecino que tenga esta música de fondo, aunque cada vez menos. Espero poder volver un día, aunque sea para poner la radio un ratito cada mañana y que nadie se olvide de esa maravillosa música con la que crecí, allá en Pompeya.

Les dejo en este enlace una mini clase de tango.

Muchos no llegan...se hunden su sueños...

Hace unos días un cayuco intentaba llegar a las costas de Lanzarote en Canarias, y se ahogaron más de 30 personas y niños.
Para los que no lo sepan, un cayuco es poco más que una balsa. Por lo general, africanos desesperados por la terrible vida que les toca, arriesgan todo y se lanzan al mar a ver si hay suerte y llegan a las Canarias...
Triste realidad la de este mundo.
Yo vine a este país porque me apetecía. Estoy acá por que quiero. Hay gente desesperada que se muere de hambre, sed, Sida, desnutrición. Y da igual que te mueras en el camino…no se como lo soportamos. No se como permitimos tantas barbaridades. Y encima tenemos el tupe de decir que “ya está bien que vengan extranjeros, que este país no puede más”. Toda Europa se debe responsabilizar de esto, al igual que USA…a no, cierto, estamos tan preocupados por la puñetera crisis….

Les dejo una nota, que me pareció interesante:

http://www.20minutos.es/noticia/154431/0/Donde/nacen/cayucos

Días de radio...

Me encanta la radio. Es otra adicción pegada de mi vieja (mi madre).
Depende la época me da por la música rara, nuevos grupos eso, para lo cual he descubierto Radio 3. Otras me da por la música “chorrada”, donde no quiero que me hablen y necesito ritmo y música conocida. Pero siempre debe haber lugar para la información en general. Lo digo por mí, y no le estoy imponiendo nada a nadie. Pero yo lo necesito.
En Argentina, a la tarde, cuando volvía del trabajo o de la facu según tocara, ponía a Pepe Eliaschev. A Pepe lo escuchaba con mi vieja y luego seguí escuchándolo sin ella. Incluso un día le escribí un mail, porque él hacía una sección para cartas personales donde se opinaba de lo que quisieras (en plan serio, eh) y yo le escribí para agradecerle que me explicará tan bien las cosas, que me costaba entender (sobre todo la inexplicable política argentina) y también le agradecí que me siguiera acompañando y me hiciera recordar a las tardes de mate con mamá.
Luego, viviendo yo ya en España, le cerraron el programa y aún no sabemos por qué.
Me quejé “para mis adentros” por un tiempo porque no encontraba algo similar en España. Hasta que lo encontré.
Gemma me regala todas las tardes un poco de información más inteligible. Además pone una Ventana, porque me trae algunos argentinos, como para que no extrañe tanto, vió. Los lunes me trae a Lanata, persona que admiro mucho. Gracias Pepe, gracias Gemma.

Volver a las aulas II: intercambio de ideas

Esta es la segunda vez que retomo los estudios después de haber terminado la carrera. Estudié biología (¡Info para los Chuquis!)

El caso es que hasta hoy nunca entendí porqué estudié esto. No es que no me guste, es apasionante. Pero si alguien de chica me hubiera preguntado “¿qué vas a ser cuando seas grande?” hubiera dicho antropóloga (aunque no hubiera sabido que quería decir, me hubiera expresado de tal forma que hubiera querido decir eso), a lo sumo, historiadora. En algún momento pensé que la agronomía iba conmigo…pero algún que otro consejo me hizo “virar” a biología. Y esos primeros pasos en la facu de Ciencias Exactas y Naturales me atraparon por el mero hecho de no saber que corno estaba haciendo. No sabía (os lo juro) lo que era ser investigador, científico. Mi familia de camioneros, constructores, currantes de “lu qui venga” a lo sumo había dado algún que otro abogado, pero….¿una bióloga?
La verdad que les digo, hoy, que mejor no me pudo haber salido. Ahora que el sistema económico actual se desmorona hay que apostar por la tecnología de la salud, alimentos, biotecnología…tecnología en un amplio rango.
El caso es que hasta que no me recibí, no me fui de Argentina. Y cuando vine acá opté por hacer un máster privado. Cuando retomé el ritmo de estudio fue duro. El ritmo te cambia y volver al estudio muy duro. Pero una característica fundamentalmente diferente que me chocó fue que acá no estudian en grupo. La mayoría de compañeros españoles/as a los que les proponía hacer una mesa de estudio (para un examen o para ir estudiando y mientras discutís, estudias) no entendían lo que proponía. O simplemente así no podían estudiar. Es curioso, es hasta una idiosincrasia de acá y la de Argentina, donde es impensable no preparar un buen examen sin discutir previamente con tus compañeros. No digo que sea mejor o peor, eh, no me mal interpreten. Pero he de comentarles que mis compañeros del máster, a los que sí convencí, quedaron encantados…

Volver a las aulas

Tuve suerte. Cuando uno mira algunas cosas desde lejos se da cuenta de que fue bueno decidir lo que decidió. Quiero decir, solo con el paso del tiempo te das cuenta que aquello por lo que apostaste valió la pena. Equivocarse o no es parte de decidir, a priori no lo sabes. Una de esas decisiones fue el haber estudiado. Hubo varias “adversidades” pero seguí adelante. Y hoy me doy cuenta que una de las épocas más maravillosas de mi vida fue la que pasé en la facu. Confieso que al final, quería terminar e irme, y no pisar más el edificio ese “allá leeeejos de mi casa” en Ciudad Universitaria. Confieso también que elegí una de las carreras con mayor índice de pedantería entre el alumnado…instigado por el alto índice de pedantería en el profesorado. Pero las mesas de estudios, los amigos, los mates para no dormirnos de aburrimiento, los mates ricos para recargar pilas, las fiestas, las noches en vela, los nervios pre examen, los tonteos….en fin, todo, o casi todo valió la pena. Hoy me toca ir de nuevo a clase, pero desde otra perspectiva y en otro país (cosa que cambia mucho las cosas y ya tocaré el tema). Me pesa un poco, porque ya estoy medio “en otra” y no tengo mucha paciencia. Espero que mis compañeros no lo tomen a mal…