martes, 28 de julio de 2009

En ruta


La magia del calorcito también se hacía patente en las vacaciones.

Papá y mamá elegían siempre Punta Mogotes para irnos de veraneo, pegadito a Mar del Plata.

Alquilaban una casa, siempre la misma. La dueña era una señora mayor, que se llamaba igual que yo. Yo la miraba, desde allá abajo y me peguntaba cómo era posible que una anciana se llamara igual que yo.
La casa era típica de fin de semana. Cocina, baño un par de habitaciones, jardín y parrilla. Papá venía solamente los fines de semana, y eso nos dolía a todos.

Para mí, el viaje empezaba desde que me subía al coche. Tardabas mil horas, en una cafetera de coche, para hacer esos kilómetros. Y lo mejor eran las paradas. Parar en Minotauro, o en Atalaya, o en la estación de servicio (gasolinera), esa grande con cafetería y alfajores artesanales. Infaltable fue y es el mate, por supuesto.

No se si acá es igual. Las veces que me he ido a la playa o me he escapado de mini-vacaciones, me da la impresión de que sí, pero resulta que a la gente con la que yo viajo no le gusta parar. Y yo no sé cómo explicarles que yo disfruto de la parada, aunque lleguemos más tarde.

7 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Muy buena descripción de un viaje de vacaciones, con sus paradas imprescindibles. Yo tampoco, si voy en coche, puedo prescindir de esas paradas que hacen al viaje mucho más interesante. Muchos besotes veraniegos, M.

Ramón María dijo...

Yo también recuerdo ahora ya antaños, esos viajes.

La odisea del trayecto hacia interminable el dia, dejando que el sueño se apoderara de todos nosotros a la tan esperada llegada.


Agur un saludo.

mariajesusparadela dijo...

Yo siempre tuve la playa tan cerca que la parada no era necesaria.
Pero, también se puede ir de ruta, parando en todas partes, por charlar y cafetear (matear, dirías tu).

Sil dijo...

De nuevo me sentí identificada al final, cuando decías que a la gente con la que viajás no les gusta parar... es feo cuando no hay feeling con las personas con quienes viajás, no? A mí ya me pasó un par de veces y no sé... te queda una cosita adentro, como que faltó algo.

YoSolo dijo...

Yo de chico acostumbraba viajar en tren. Ibamos a los de unas tias en Entre Rios y no conoci hasta mas grande el tema este de las "paradas".
Recuerdo una llendo a Necochea en el auto de mi amigo Hugo; eramos cinco con bolsos y todo o sea que veniamos medio apretaditos por eso paramos en Rauch y fuimos al baño a vaciar el mate con tan mala suerte que se nos cayo la bombilla por la cloaca del lugar. Encima era la bobilla preferida de la madre de hugo.
Pobre.
Besos

Silvia dijo...

Me hiciste dar gans de ir a la costa!!!! Yo tambien paro en Punta Mogotes, y la verdad es que sigue siendo re lindo. Cuando vaya te cuento las novedades. Sil.

aaaa dijo...

habrá que enseñarles las bondadesde ir parando y conociendo. O quizás tengas que plantearte hacer cosas distintas y convencer a los demás...
bss